Quan Can Xarau va ser escenari d’un videoclip d’Ismael Serrano

El pavelló Can Xarau no només ha estat l’escenari de les millors gestes esportives de la ciutat, sinó que també va ser escena del videoclip de “Tierna y dulce historia de amor”, del popular cantautor Ismael Serrano.

Era l’any 1998 quan el cantant vallecà Ismael Serrano publicava el seu segon disc “La Memoria de los peces”, un disc que incloïa 14 composicions, dues d’elles molt sonades a l’època: “Ǘltimamente” y ”Tierna y dulce historia de amor”. En aquesta última Cerdanyola va tenir un protagonisme important: Marutxi Beaumont va escollir el pavelló Can Xarau pel rodatge del seu videoclip.

I va ser allà, a un Can Xarau ara desconegut per les modificacions que ha viscut en els darrers anys, on el Diputat de la cançó es va enamorar d’una nena de 15 anys. Aquesta història, evidentment, va ser molt comentada, doncs molta gent creia que era una oda a la pederàstia. Ismael Serrano va aclarir en diversos mitjans que la seva intenció era ser una crítica, utilitzant la ironia i el sarcasme, a la pederàstia.

La darrera aparició pública on Ismael Serrano va comentar aquesta cançó va ser a Onda Cero, en el programa “Júlia en la Onda”. Allà Serrano va comentar que aquesta cançó “la va compondre quan va succeir la separació d’Álvarez Cascos, que va tenir una gran transcendencia mediàtica”. Llavors, al cantant se li va ocórrer fer una burla a la classe política “que viu una doble vida, amb una doble moral: va de conservadora i després, en l’àmbit privat, no ho és tant; la classe política legisla de manera diferent a com viu la seva vida privada”, explicava, alhora que afegia que aquesta cançó la va escriure amb tan sols 18 anys.

Mi vida empezó aquel día en la inauguración de un polideportivo 
a la que fui invitado en calidad de diputado 
y como miembro del partido. 
Cuando te vi pasar por la otra acera, 
con tus recién cumplidos quince años, 
salías de la escuela. 
Y se hizo luz, se hizo silencio, y en un momento 
todo paró y nació el amor. 
Nació el amor. 
Vestías el uniforme de la escuela: 
el jersey verde, la falda de cuadros, 
hasta las rodillas las medias. 
Sobre los hombros una pesada cartera. 
Quién fuera tu porteador, tu tutor, 
tu institutriz o tu maestra. 
Para estar cerca siempre de ti 
y dedicarte mil atenciones, 
mil atenciones. 
Me darán de lado, me quitarán mi escaño, 
sólo porque te amo. 
Estoy perdido, me echarán del partido, 
no tiene sentido. 
Y qué le voy a hacer, y qué dirá mi mujer 
cuando sepa que te quiero. 
El mundo entero querrá mi cabeza a sus pies. 
A sus pies. 
En los plenos del congreso no hacía otra cosa que pensar en ti, 
y día a día iba a tu colegio 
para verte salir. 
Hasta que un día el amor rebosó en mi cuerpo 
dulce, violento. Y así, corriendo, 
fui hacia ti y te pregunté: 
‘Buena muchacha, te acompaño a casa’. 
No olvidaré cómo dijiste ‘Como quiera usted’. 
‘Como quiera usted’. 
Poco a poco nuestra relación se fue formalizando, 
hacíamos juntos los deberes 
mientras íbamos a tu casa andando. 
Hasta un día logré invitarle al cine a ver El Rey León. 
Cuando las hienas acechaban al héroe 
contra mi pecho mi pequeña se estrujó. 
Y se hizo luz, se hizo silencio, y en un momento 
todo paró y nació el amor. 
Nació el amor. 
Me darán de lado, me quitarán mi escaño, 
sólo porque te amo. 
Estoy perdido, me echarán del partido, 
no tiene sentido. 
Y qué le voy a hacer, y qué dirá mi mujer 
cuando sepa que te quiero. 
El mundo entero querrá mi cabeza a sus pies. 
A sus pies. 
Pero como todas las historias de amor, 
al menos las más bellas, 
la nuestra por supuesto también 
acabó en tragedia. 
Y a su madre al enterarse le entró la histeria, 
me denunció, y puso un matón 
para seguir a su pequeña. 
Y una gris tarde fui a buscarla y aquel matón, 
por tres sitios, la cara me rompió. 
La cara me rompió. 
Pronto se hicieron eco de la noticia 
los medios de comunicación, 
y un moderno cantautor 
me compuso una canción. 
Durante una temporada El Mundo 
me dedicaba sus portadas, 
y para darle mayor gravedad 
Pedro J. un editorial. 
Y tertulianos en la radio y la tele comentaban 
cómo la juventud se pierde. 
Ay, ¡cómo se pierde! 
Me darán de lado, me quitarán mi escaño, 
sólo porque te amo. 
Estoy perdido, me echarán del partido, 
no tiene sentido. 
Y qué le voy a hacer, y qué dirá mi mujer 
cuando sepa que te quiero. 
El mundo entero querrá mi cabeza a sus pies. 
A sus pies. 
El comité disciplinario del partido, 
movido por la envidia claramente, 
inició una investigación interna 
y me abrieron expediente. 
Y tras un arduo y largo tormento me expulsaron a la vez 
del partido, el comité, 
y de mi casa mi buena mujer. 
Y quedé sólo con los recuerdos de una pequeña 
con uniforme de escuela, 
con uniforme. 
Me han dado de lado, me han quitado mi escaño. 
Da igual, yo te amo. 
Estoy perdido, me echaron del partido. 
Sólo quiero estar contigo. 
Y qué le voy a hacer si me echó mi mujer 
sólo porque te quiero. 
El mundo entero está a nuestros pies. 
A nuestros pies. 
Estoy seguro: a mí vendrás 
cuando te dejen papá y mama. 
Estaremos juntos, lo sé mi amor, 
cuando seas mayor. 
Me han dado de lado, me han quitado mi escaño. 
Imatge de portada: http://www.cpacv.org.
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