“En los últimos diez años hemos detectado alrededor de 5.000 personas electrohipersensibles”

La prevalencia de casos irá en aumento en los próximos años sino se establece el “Principio de Precaución” y se produce una mínima concienciación social asegura el Dr. Joaquim Fernández Solà.

Juanjo Fernández

El pasado 26 de Enero se presentó en sociedad la asociación cerdanyolenca ACAC, la Asociación de Consumidores y Usuarios Activos de Cerdanyola para la Salud y el Control de Radiofrecuencias. El principal objetivo de ACAC es la puesta en práctica de un Plan de despliegue de Telecomunicaciones con la finalidad de promover una tecnología que sea respetuosa con la salud de las personas minimizando las radiaciones de los 45 repetidores que existen en Cerdanyola. Entre sus objetivos está conseguir que se cumplan una serie de requisitos cuando se instale algún repetidor, teniendo en cuenta criterios tan importantes como la distancia entre repetidores y personas con riesgo elevado, como pueden ser colegios, hospitales y residencias de personas mayores.

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Dr. Joaquim Fernández Solà

Con el fin de arrojar luz a este asunto, he contactado con el Dr. Joaquim Fernández Solà, coordinador de la Unidad de Fatiga Crónica del Hospital Clínic y médico especialista en Síndromes de Sensibilzación Central (SSC) en los que se incluye la Electrohipersensibilidad (EHS). Una persona electrohipersensible reúne una serie de síntomas: cansancio y fatiga exagerada, irritabilidad, insomnio, ansiedad, depresión, dificultad para concentrarse, aturdimiento, dolores de cabeza, acúfenos, que mazón en la garganta, entre otros, que se activan o intensifican cuando la persona está expuesta a Campos Electromagnéticos Artificiales (CEM). El Dr. Solà ha detectado en su consulta de BarnaClínic más de dos mil casos en los últimos años, aunque estima que más de 5.000 personas han sido atendidas por su equipo en los últimos diez años. Lleva 28 años dedicado a la observación e investigación de estos síndromes y afirma que existen intereses económicos que minimizan el impacto real de las enfermedades relacionadas con los Campos Electromagnéticos Artificiales (CEM). El doctor Solà afirma que si no se establecen protocolos de acción preventivos tanto en la regulación de los límites de radiación permitidos como en la concienciación por parte de profesionales médicos e instituciones, los casos de este trastorno orgánico (de origen neurológico) que no psicológico, irán al alza de manera exponencial en los próximos años.

¿En qué momento decide dedicar su profesión al estudio de estos síndromes?

Desde el año 1989 en que aparecieron los criterios diagnósticos de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica empezamos a valorar específicamente a pacientes con Sensibilización Central. Posteriormente, hace unos 15 años aparecieron pacientes con síntomas de Sensibilidad Química Múltiple (SQM) y hace unos 10 años de Electrohipersensibilidad (EHS) configurando un espectro complejo de enfermedades relacionadas entre sí, que ahora se están reorganizando en un programa común de Sensibilización Central (SSC).

Los casos de electrosensibilidad aparecieron en nuestras consultas hace unos 10 años. Epidemiológicamente hay una correlación entre la aparición de estos pacientes y el desarrollo de los CEM artificiales, especialmente las redes Wifi de telefonía.

¿Cuántas personas electrohipersensibles ha diagnosticado en los últimos años?

Unas 2.000 detectadas por mí, pero en total en mi equipo han sido detectadas unas 5.000 en los últimos diez años.

Torres de alta tensión. Imagen: vivosano.org

Torres de alta tensión. Imagen: vivosano.org

¿Se puede considerar como una enfermedad? ¿Existen marcadores para detectar la Electrohipersensibilidad?

El criterio de enfermedad lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS). En estos momentos la Electrohipersensibilidad (EHS) sólo se considera como “trastorno”, no como enfermedad. Pero personalmente considero que la EHS es una enfermedad aún no reconocida por intereses.

¿Por qué cree que no se codifica la enfermedad?

Porque no está reconocida por la OMS, que es el organismo que autoriza las codificaciones. Aún no existe suficiente concienciación científica y social para que este interés “sanitario” sobrepase el interés en minimizar estas enfermedades para no limitar la expansión tecnológica del os CEM artificiales.

A pesar de que estudios como el Informe Bioinitiative, el Estudio Reflex, el Estudio Interphone (no niega pero tampoco afirma la no inocuidad de los CEM y que científicos de larga trayectoria como Dominicque Belpomme y Olle Johansson entre otros, afirmen que hay evidencias científicas contundentes que prueban la no inocuidad de los CEM, todavía la OMS necesita más pruebas. ¿No es suficiente el testimonio del os afectados y de los estudios científicos citados anteriormente? ¿Cree que extisten conflictos de interés dentro de la OMS y en un sector de la comunidad científica?

Evidentemente estas realidades que menciona, aún siendo claras y veraces, no han sido suficientes para que la OMS reconozca las EHS como enfermedad. No hemos llegado al “punto crítico” de interés científico o social.

El sector oficial científico considera que la Electrohipersensibilidad es un trastorno psicológico, ya que considera que las radiaciones no ionizantes son inocuas para la salud humana. ¿Está de acuerdo?

En absoluto. La EHS no tiene en su base un mecanismo de acción psicológico, sino que es una enfermedad neurológica por Sensibilización Central a los CEM. Hay evidencias científicas claras de que la exposición continuada a los CEM artificiales producen un daño en el ADN, aumentan la probabilidad de sufrir leucemia, tumores cerebrales, autismo, neuroma acústico, fatiga crónica, entre otras y, además, intensifican otras dolencias crónicas.

La mayoría de medios de comunicación respaldan las teorías del sector científico que no cree en la electrohipersensibilidad como una enfermedad, periódicos como Infolibre y ElDiario.es ajenos, en teoría, a intereses económicos, también respaldan la teoría del trastorno psicológico. ¿Cabe margen de error para aquellos que defienden la Electrohipersensibilidad?

Por supuesto. La realidad de la enfermedad (EHS) se va a imponer como ha pasado con la Sensibilidad Química Múltiple (SQM), recientemente admitida como enfermedad en España después de décadas de discusiones similares. Es una cuestión de tiempo y de masa crítica de afectados.

¿Qué relación tiene la Electrohipersensibilidad con la Sensibilidad Química Múltiple, la fatiga crónica o la fibromialgia?

El nexo común es que todas ellas tienen un mismo trastorno fisiopatológico que es el fenómeno neuroinflamatorio de Sensibilización Central.

¿Es cierto que los CEM artificiales alteran la membrana celular y, por consiguiente, se produce un calentamiento celular?

Sí, es cierto. Altera el potencial de membrana y la transimisión de señales, especialmente de las células excitables (neuronas, miocardiocitos).

¿Cuál es el tratamiento para una persona Electrohipersensible?

Una persona que ha llegado a ser hipersensible va a seguir siéndolo. Lo más importante es evitar al máximo la exposición a CEM artificiales, incluso a baja dosis. También existen medidas estructurales en domicilios o tejidos técnicos que aíslan relativamente de los CEM artificiales. Se puede asociar un tratamiento sintomático para que la respuesta neuroinflamatoria que causan los CEM sea menor, con dieta biológica, antioxidantes y neuroprotectores.

Se deben tratar las otras enfermedades concominantes que el paciente tiene, además de la EHS (comorbilidad).

¿Qué cree que pasará en el futuro con esta enfermedad ? ¿Los casos irán en aumento? ¿Cree que se establecerán protocolos de prevención y el llamado ‘principio de precaución’ que todos los defensores de la no inocuidad de los CEM artificiales exigen?

Si no controlamos la exposición a CEM artificiales, sin duda, asistiremos a un incremento exponencial del os casos de Electrohipersensibilidad los próximos años. Hasta que no lleguemos al punto crítico en que los perjuicios económicos que causan la enfermedad sean superiores a los beneficios de la tecnología electrónica, no se actuará de forma contundente. Sería lógico aplicar el Principio de Precaución para reducir la exposición a CEM desde ahora mismo, pero no percibo suficiente conciencia social y, menos, interés económico-político en hacerlo.

Dr. Solà, dentro de la comunidad médica existe una clara información y concienciación sobre esta enfermedad en los hospitales y centros de salud? ¿Sus colegas miran hacia otro lado o están concienciados?

No existe ni un mínimo de concienciación sobre este tema. Se ha hecho muy poca educación sanitaria o información social. No se percibe interés por este tema en el colectivo médico o sanitario, en general.

Para finalizar, ¿qué le diría a las personas que reúnen esa sintomatología y no saben lo que les pasa o no tienen recursos económicos? ¿Existen medidas para protegerse del impacto de los CEM artificiales?

Quien sospeche que pueda tener Electrosensibilidad (EHS) lo primero que tiene que hacer es confirmar claramente que esta es su enfermedad, con un diagnóstico correcto. A continuación, debe revisar todas sus fuentes de exposición, tanto laborales como en domicilio y actividades de ocio. Existen medidas pasivas de protección de los CEM a nivel estructural (cortinas, panelaje de paredes) de zonas expuestas, con una eficacia moderada. La Bioconstrucción de viviendas debe considerar la exposición a CEM naturales o artificiales.

También existen tejidos técnicos de vestir (cascos, gorras, abrigos, botas…) con protección electromagnética.

Imagen portada: takebackyourpower.net
Imagen portada: takebackyourpower.net

Listado de siglas:
· ACAC: Asociación de Consumidores y Usuarios Activos de Cerdanyola para la Salud y el Control de Radiofrecuencias
· SSC: Síndromes de Sensibilzación Central
· EHS: Electrohipersensibilidad
· CEM: Campos Electromagnéticos Artificiales
· SQM: Sensibilidad Química Múltiple
· OMS: Organización Mundial de la Salud

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