Expressa’t: Los sordos y los ciegos del Ayuntamiento de Cerdanyola
Ya lo dice la sabiduría popular con uno de sus refranes: no hay peor ciego que aquél que no quiere ver, ni peor sordo que aquél que no quiere oír. Traigo a colación este aforismo popular para referirme a la gestión deplorable de las autoridades municipales de Cerdanyola.
Hace algunas semanas, algunos medios de comunicación de Cerdanyola difundieron un texto del que suscribe, en el que describía y denunciaba la situación lamentable en que se encuentra el Parque de la Riera, sito en el Barrio de Canaletes. Basta con que caigan unas gotas de agua, para que los accesos y el camino central del mismo queden impracticables, a causa del barro que renace de sus cenizas, de los charcos, en algunos sectores del parque, y de las profundas arrugas (regueros), que la lluvia deja tras su paso.
En los últimos días, la lluvia ha vuelto y ha vuelto por donde solía y, como una Penélope enamorada, ha destejido, una vez más, lo hecho por los Servicios Técnicos del Ayuntamiento en el Parque de la Riera, después de las penúltimas lluvias, llevándose las toneladas de arena utilizadas para restaurar los desperfectos (reguerotes, charcos de agua y barro). Las lluvias de esta semana han hecho que el parque de la Riera esté nuevamente impracticable y el acceso al mismo esté vedado para nuestros conciudadanos con problemas de locomoción, que se desplazan en monturas motorizadas; o para los padres que pasean a sus hijos en carros-moisés.
Y ahora, ¿que van a hacer las autoridades municipales? ¿Volverán a reponer la arena que la lluvia se llevó consigo, para que desaparezca, la semana próxima, cuando caigan cuatro gotas? ¿O, finalmente, van a entrar en razón y van a gestionar los recursos de nuestro Ayuntamiento, aplicando los principios de la “calidad total” (hacer las cosas bien, de una vez y por todas) y de la “sostenibilidad” (sin despilfarrar los recursos)? Como dejó escrito A. Einstein, “si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo”. Por eso, las autoridades municipales deberían hacer algo diferente: regenerar con grava y arena las parte del parque donde aparecen charcos y barro después de la lluvia; y, por otro lado, labrar unas cunetas funcionales que evacuen el agua, cada vez que llueve. ¡¡¡Solución simple, barata y definitiva!!! ¿Nuestros elegidos municipales serán sensibles a nuestra petición o seguirán dando muestras de ceguera y sordera profundas?
Expressa’t de Manuel I. Cabezas