Expressa’t: ¿Qué está pasando en el Compromís per Cerdanyola?

Pasadas las euforias de la investidura del gobierno del cambio en Cerdanyola empieza a observarse una extraña sensación de estupor y descontento en los entornos del CpC y, en general, en la ciudadanía de Cerdanyola. No es que en el mes que lleva el gobierno de los cinco haya tenido mucho tiempo de hacer cosas, pero hay en el personal del Ayuntamiento una opinión generalizada de que están paralizados, no es que no hagan, es que parece que no se lo proponen. Si se acerca uno a preguntar entre la gente que conoce del CpC las cosas se ponen todavía más complicadas: resulta que los que eran del CpC te dicen que ya no son, o que no van a las asambleas o un más discreto “ahora eso lo lleva otra gente”. Curiosa política de rotaciones la del CpC en la que, parece, rotan todos menos uno. Y si habla uno con los que, teóricamente, van a ser sus compañeros de viaje estos cuatro años, me refiero a ERC, es todavía todo más extraño: Según ellos no hay ni negociación abierta, lo máximo que ha habido es un contrato de adhesión propuesto por el CpC, las formas por otro lado, parece que han dejado mucho que desear: En una reunión Solà y Vila acabaron a gritos, la táctica del CpC, por lo visto, ha pasado por presionar a las bases de ERC e instalar un insólito francotirador en un ático en Banús a tirar con bala contra los republicanos, vamos, todo muy político. En los mentideros de Cerdanyola se generaliza la opinión de que no sirven para esto.

Ya la gestación de la candidatura del CpC fue, como mínimo, extraña. No figuran ni en la lista electoral tres de los cuatro concejales que habían acompañado a Escolà en la oposición, otras figuras muy visibles estos últimos cuatro años tampoco aparecen ni en puestos decorativos, en el número cinco va un militante de Podemos con permiso de la dirección autonómica pero contra la voluntad del círculo local, parte del cual llega a hacer campaña contra el CpC, la número dos es una independiente que, dicen, no ha tenido relación alguna con el CpC estos años, se habla de un desembarco de la CUP en el CpC, de golpe de estado y de parasitismo político. Para redondear un buen grupo de la izquierda alternativa agrupado en el casal ‘Buirac’ se borra de la campaña y no mueve un dedo por el CpC, los hay que no esconden sus críticas. Esta candidatura tan precaria va a ser la que le gane la alcaldía a Carmen Carmona que, por cierto, ni con esas ha dimitido.

Casi un mes ha tardado el CpC en convocar el primer pleno para aprobar el régimen económico de los concejales y cargos de confianza, todo para dejarlo como estaba, menos los cargos de confianza que, en lugar de disminuir, aumentan de dos a tres. Probablemente el CpC no ha tenido mayoría para hacer lo que pretendía, pero da la impresión de que ni se ha arriesgado a perder una votación ni se ha propuesto buscar otros acuerdos, en el primer pleno PSC, PP y C’s expresan que el CpC ni se ha puesto en contacto con ellos cosa que siempre debe hacerse, aunque sea por mera cortesía. Para colmo de males el aumento del número de cargos de confianza (sin ninguna disminución salarial) ha sido especialmente atacado por la oposición con el argumento de que esta figura fue siempre denostada por el CpC cuando estaba en la oposición. A nivel interno y en los círculos afines al CpC (incluso publicados) la crítica tampoco ha sido menor, capítulo a parte es la actitud que ha tomado el círculo local de Podemos pidiendo explicaciones a su concejal por estas decisiones y alarmados ante lo que creen un pacto oculto con ERC-CIU-ICV, una línea roja para ellos.

Por lo que se puede averiguar parece ser que ambas decisiones son una exigencia de la CUP que se ha impuesto como grupo mayoritario (aunque cada vez más solitario) dentro del CpC ante el descontento de los que los últimos años han sido cabezas visibles de este partido, no solo eso sinó que dichos cargos -dicen- serán ocupados por personas que no pertenezcan al CpC y que no sean de Cerdanyola. Vamos, que huele a que el CpC en realidad no era la propuesta de cambio radical que nos decían ni era tampoco una organización puramente local como nos decían sino que es una organización instrumental de la CUP y de su proyecto nacional sensible a los intereses y servidumbres de las carreras políticas de sus miembros, o sea: como los demás partidos. En estas circunstancias la pregunta que se hace uno no es si los concejales de ERC van a tardar mucho en entrar en el gobierno, sino si los del CpC van a durar mucho.

Article de Tomás Pedrol per a A Fons Vallés i compartit amb Cerdanyola Informa.

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