El BCE, el sector financiero y otros timos

Con frecuencia se está leyendo estos días que el BCE podría comprar la deuda pública de los países con problemas, o que podría imprimir dinero, o que podría hacer no se cuantas cosas ‘extraordinarias’. Desde el Banco Central Europeo, tanto el actual presidente como el anterior han reiterado varias veces que el BCE no va a hacer nada de todo eso porque ni se lo permiten sus estatutos ni existe un acuerdo político al respecto. Ambas cosas son ciertas, tenemos lo políticos que hemos elegido y el BCE tiene los estatutos que nuestros políticos pactaron en su día… Hay que joderse.

No necesariamente. Una cosa que cuesta mucho más leer es el hecho de que el BCE lleva más de tres años ya substituyendo a “los mercados” en una cosa capital: está suministrando liquidez al sector bancario a un tipo de interés fijo que además acaba de dejar en un 1%. El nuevo presidente, Mario Draghi, confirma a 8 de diciembre de 2011 que piensa mantener dicha política tres años más porque la semana pasada corrió el rumor de que quebraban el Credit Agricole y el Deutsche Bank y no estamos para sustos. Esto sucede porque los bancos europeos no se prestan dinero entre ellos ya que sospechan que la mayoría están quebrados. Eso que se llama el interbancario está cerrado. El BCE no presta ese dinero a cambio de nada sino que exige que los bancos dejen activos en garantía. La mayor parte de los activos que los bancos dejan en garantía cuando piden dinero al BCE son bonos de deuda pública y eso por dos motivos:

  1. Porque el BCE decide libremente que activos acepta y cuales no como garantía.

  2. Porque el BCE ha decidido que todos los bonos de deuda son activos 100% seguros, incluyendo los de Grecia o los de Castilla la Mancha.

O sea, que cierto acuerdo político sí que hay. Entonces el BCE podría hacer lo que ha hecho el Banco Central en Suiza por ejemplo, fijar un precio objetivo de los bonos de deuda de toda la zona euro, por ejemplo un 1% y así estamos empatados. A partir de ahí los bancos europeos deciden si compran o no compran deuda pública, eso sí, si no la compran que se olviden de ir a pedir dinero al BCE al 1% lo cual implica que tendrían que ir a pedirlo a “los mercados” que no se lo iban a prestar porque están en quiebra y todo el mundo lo sabe. Insisto en que esto es muy sencillo. Entonces la demagogia esa de los demagogos que dicen que le prestamos dinero a los bancos al 1% y ellos compran deuda pública al 6% o 7% para seguir pidiendo más dinero al BCE al 1% y se quedan con la diferencia ¿Eso es cierto? Pues sí, claro que es cierto. Así que el nuevo gobierno, este y todos, diga lo que diga va a seguir emitiendo deuda para financiarse, que es lo mismo que está haciendo Alemania y está haciendo todo el mundo, de hecho los estados están emitiendo incluso más deuda de la que necesitan, por dos motivos.

  1. Porque además del gasto público que están recortando necesitan mucho dinero para refinanciar al sector bancario bien sea con préstamos o con avales o con inyecciones de dinero que en cada país cambia el método pero en realidad da igual.

  2. Porque los bancos necesitan comprar deuda para poder seguir pidiendo dinero al BCE ya que, en el momento en que se pare la rueda empiezan a quebrar en cadena y, por más que se diga, no son algunos ni la mayoría, son todos.

Y entonces ¿Por qué motivo el BCE no fija un precio objetivo de la deuda pública al 1% y todos contentos y felices? Porque los bancos están dando beneficios gracias al diferencial del 1% al que piden el dinero y el precio al que se lo dejan a los estados. Si no pudieran hacer dichas operaciones no podrían dar beneficios porque, como hemos visto cada vez que se interviene una caja o un banco, resulta que los índices de morosidad que tienen son mucho más altos de lo que se publica. De esto resulta que sin este timo que acabamos de explicar mañana tendrían que bajar la persiana todos y eso es durísimo.

Entonces la decisión que tenemos que tomar como sociedad es si estamos dispuestos a seguir dándole sangre al zombi o aceptamos las consecuencias de una quiebra bancaria generalizada. Lo que pasa es que así, exactamente así, nadie nos lo pregunta.

Jorge Haro.

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