El extraño caso del “Light Sweet”, la guerra de Libia y otros misterios

A principios de 2011 comenzó a producirse un fenómeno curioso: Desde hace años el petróleo de referencia mundial es el ‘Brent’ del Mar del Norte, substituyendo al “Light sweet” tejano que, sin embargo, siguió siendo de referencia en EE.UU. Desde entonces hay siempre cierta diferencia de precio a favor del petróleo americano porque es de una calidad algo superior al del Mar del Norte, suele ser unos dos dólares más caro, es menos sulfuroso y más fácil de refinar. De hecho uno de los métodos de inversión típicos en los mercados de derivados consiste en tomar posiciones alcistas o bajistas de uno contra otro según la volatilidad hace que la diferencia sea demasiado pequeña o demasiado alta. A principios de este año, no obstante, empezó a pasar algo raro y es que el barril de Texas se ponía, más de una vez, por debajo del ‘brent’. Y ahí se quedaba. Y claro, a mí el “Light sweet” es una cosa que me preocupa mucho.

Resulta que el petróleo de alta calidad es aun más escaso que el común, pero además no se produce en cualquier sitio, la mayoría de yacimientos de Texas ya no bombean “light sweet”, básicamente dicho petróleo se obtenía del crudo de más calidad de Arabia y de algún otro país… Como Libia. Cuando esta disfunción comenzó a hacerse evidente en los precios curiosamente en Libia las cosas se empezaron a poner bastante negras (no digo yo que tenga nada que ver eh!) y acabó en la guerra que todos conocemos con intervención de la OTAN incluida. Al paralizarse la producción libia se nos dijo que podíamos estar tranquilos puesto que representaba muy poco respecto a la producción mundial, solo 1,5 millones de barriles diarios. No obstante, esos 1,5 son petróleo de alta calidad casi en su totalidad. Llegados a este punto se acudió a la solución de siempre: solicitar a Arabia Saudita que activara su capacidad extra de producción (unos 3 millones por día) que puede ir poniendo en explotación cuando es necesario como ha hecho en crisis parecidas, entonces ocurrió algo novedoso y es que, por primera vez, Arabia Saudita no pudo hacerlo. Arabia Saudita, en rigor, nos está diciendo que ha llegado a su propio “peak oil”. Esto requiere una aclaración.

El “peak oil”, el pico máximo de producción de petróleo mundial, se alcanzó en 2005 de acuerdo a los datos de la Agencia Internacional de la Energía, lo que sucede es que la AIE consideró que ese no era el auténtico “peak oil” puesto que había que sumar el petróleo “no convencional” básicamente petróleos súper-pesados muy difíciles de refinar, el petróleo sintético procedente de arenas bituminosas y los biocombustibles. Estos petróleos rellenarían la brecha para seguir en eso que llaman: “la senda del crecimiento”. Ocurren aquí dos problemas: que esos petróleos son todos de baja calidad y muy caros y que no han conseguido aumentar la producción. Desde 2008 en el mundo la producción de petróleo no ha aumentado nada, y eso sin entrar a valorar la calidad del producto ni lo que cuesta extraerlo. Se ha dicho que la producción no se aumenta porque con la crisis no es necesario ya que los países de la OCDE han rebajado mucho su consumo, esto segundo es cierto. El caso de Libia nos ha mostrado la realidad: La producción ya no puede ser aumentada y, además, el petróleo es de peor calidad. La respuesta de la AIE ha sido empezar a liberar las reservas estratégicas para suplir el hueco de producción que se atribuye al asunto libio (que bien ha venido) pero que data ya de 2010 cuando la demanda excedió a la oferta en 1 millón de barriles diarios (datos de la propia AIE). Los países de la OCDE están obligados a tener en reserva cantidades de petróleo equivalentes al consumo de 90 días. Por tanto, como la producción no se ha parado sino que ha disminuido un poco, consumiendo esas reservas se puede aguantar unos dos años… Pero claro, sin reponer las reservas.

Y al final, con el asunto libio ya finiquitado y los nuevos gobernantes empezando de nuevo a producir ese petróleo de alta calidad que en Arabia ya escasea y que en Texas ya hace años que es un producto anecdótico propio de algún pozo curioso… Pues uno cree que todo debe haber vuelto a ser normal así que hoy, que es 14 de octubre mira las cotizaciones y se encuentra: Brent Crude Oil, 109,37$ subiendo un 0,4%. Light Crude Oil, 84,23$ bajando un 1,57%. Y claro, cuando uno ve esto, más de 25$ de diferencia! Pues necesita encontrar una explicación porque si el cartón de vino de mesa del supermercado cotiza por encima del Rioja crianza pues algo raro tiene que pasar con uno o con otro… Y uno mira con atención los medios y nadie comenta nada ni sabe nada, así que le obligan a ese ejercicio tan pernicioso de pensar por uno mismo y llega a una conclusión que le lleva a dos alternativas:

  • Lo que antes se vendía como petróleo de primera calidad ahora son petróleos pesados de bajo valor energético y los mercados, que se han dado cuenta, no lo compran a precio de primera calidad sino a otro inferior.

  • Resulta que el petróleo de alta calidad está saliendo de los mercados porque queda muy poco, se está acabando y el que compra lo hace con descuento porque tiene dudas razonables del abastecimiento final.

Entonces, ante esta perspectiva ¿Cómo se puede hablar de crecimiento económico si no se ha hecho la transición de un sistema basado en el incremento del consumo a otro basado en el decrecimiento del consumo de petróleo? Y mejor no entramos ya a hablar de otras materias primas. Es decir: el “peak oil” es un fenómeno histórico que ha tenido lugar entre 2005 y 2008 (el momento exacto creo que da igual) no es un asunto para el futuro ni para más huidas hacia delante y claro, uno sabe que el día 20 de Noviembre en este país hay elecciones, que los partidos hacen programas y todo eso tan poco serio en lo que se ha convertido este sistema y no ve que ninguno diga nada de todo esto y lógicamente se asusta porque ve que solo le dicen que vamos a “recuperar la senda del crecimiento” y ve que le quieren vender el cartón de vino de supermercado más caro que un Rioja, y va y vota en blanco. Que vas a hacer?

Jorge Haro.

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