La democracia participativa en Cuba

Es necesario aclarar infundios y la falsa imagen que desde los medios de comunicación se intenta dar siempre y de forma sistematizada de Cuba, de su gobierno y de su sistema sociopolítico, uno de los más democráticos que conozco, pues se trata de una democracia realmente participativa.

¿Por qué esas ansias de desprestigiar el gobierno cubano por parte de Estados Unidos o por personas financiadas por ellos?

El motivo hay que buscarlo en la historia de todos los países de América Latina y sobretodo de Cuba. Tras la liberación de las 13 colonias, Estados Unidos comenzó una gran estrategia para dominar todos los recursos naturales de Latinoamérica, aunque para ello hubiese que eliminar la población autóctona. Presidente tras presidente, en EEUU, siempre han tenido un objetivo, dominar la isla de Cuba. En 1900 la isla cayó como una neocolonia en manos de norteamérica, desde Washington se financiaban todos los gobiernos títeres que controlaban Cuba. La población de la Isla padecía constantes vejaciones, tiranías que acababan en asesinatos y torturas. Hasta el 1959 Cuba era un prostíbulo de corrupción y la llamaban la zona franca donde se podía lavar el dinero y llevar a cabo los negocios más oscuros y mafiosos. Con el tiempo logró estallar la rabia de los cubanos, gracias al liderazgo de Fidel Castro, de Ernesto Guevara y de otros muchos valientes que supieron llevar en 1959 el triunfo de lo que sería el comienzo de la Revolución Cubana. Pronto llegaron las leyes que darían comienzo a la Democracia Popular y a las reformas Agrarias y Antiimperialistas, que consiguieron devolver la tierra y el poder al pueblo. Se nacionalizaron los consorcios y las compañías norteamericanas que estaban robando los recursos naturales de la isla y todo ello fue lo que provocó que el general Eisenhower prohibiese todo tipo de transacción comercial de azúcar (el principal cultivo que había tenido Cuba) entre ambos países. Este fue el inicio de los futuros bloqueos y embargos que han ido estrangulando a Cuba y que cada presidente estadounidense ha ido recrudeciendo cada vez más, hasta tal punto que no se podía exportar ni importar alimentos, medicamentos, piezas de industria de repuesto… Actualmente el bloqueo todavía existe, aunque muchas empresas de Canadá, incluso de Europa, sobretodo las del turismo, comienzan a no estar de acuerdo, de manera que intentan saltarse el bloqueo de alguna forma. Cuba ha descubierto fármacos increíblemente eficaces para diversas enfermedades que sólo pueden enviar a algunos países de Lationamérica, pero que no pueden comerciar por el bloqueo. Algunos de esos medicamentos es el famoso PPG, un fármaco natural extraído de la caña de azúcar para combatir el colesterol sin ningún tipo de efecto secundario. Actualmente incluso han encontrado fármacos para los tratamientos oncológicos del cáncer.

Un ejemplo del ataque constante que recibe el gobierno cubano son los reiterados atentados que sufren los dirigentes del gobierno, así como los numerosos intentos de asesinato que ha sufrido Fidel Castro, intentos financiados y planeados por el mayor terrorista del mundo, el gobierno de los EEUU. Algunas de sus estrategias terroristas son simular levantamientos armados de la población y organizados por la CIA, financiar sabotajes a instalaciones sociales, llevar a cabo atentados bacteriológicos contra la población …y financiar ONG’s para poder desacreditar el gobierno legítimo de la isla. Estrategias que va exportando a todos aquellos gobiernos de desea derrocar para poder llevar a cabo su hegemonía.

¿Todavía existe el bloqueo? ¿No será una excusa para vivir de la solidaridad?

El bloqueo sigue existiendo más que nunca, de hecho se sigue exigiendo a la ONU la Resolución contra el bloqueo y se sigue votando para intentar eliminarlo.

Pero la mejor manera de hacer ver que en Cuba no hay una dictadura sino una democracia participativa real, es saber de forma esquemática y breve como está representada la población y ver como es la ciudadanía la que acaba decidiendo.

Existen 169 Asambleas Municipales de Poder Popular donde se debaten y discuten los temas y necesidades de cada municipio. Se trata de organizaciones que tienen como objetivo movilizar a la población para defender sus derechos y las conquistas del socialismo contra posibles abusos. Son siete millones seiscientos mil los cubanos que forman parte de esas asambleas, cuyo único requisito es tener más de 14 años. De esas Asambleas Municipales salen elegidos los delegados que representarán a la población de esa región (nunca inferior a 30). Los votos de los ciudadanos son secretos y los candidatos no son escogidos por su campaña electoral sino por su biografía, que debe ser pública y bien detallada para que la población sepa a quien está votando en todo momento.

Hay unas comisiones electorales que velan por este proceso y que están representadas por personas elegidas democráticamente de la Central de Trabajadores de Cuba, de la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la Federación Estudiantil Universitaria y de la Enseñanza Media.

Todos esos delegados de las Asambleas Municipales conforman las 14 Asambleas Provinciales de entre los cuales se escogerán los 614 diputados que conformarán la Asamblea Nacional del Poder Popular, que es el Órgano Supremo del Poder del Estado. Dentro de esos 614 diputados están contabilizados todas las franjas de edades, de sexo y de mestizajes de la isla, para que todos se vean representados. Estas serán las verdaderas personas que escogerán al Consejo del Estado y al Presidente, que cada cierto tiempo está obligado a rendir cuentas de sus actuaciones, para poder seguir en el poder o ser restituido, según designe la Asamblea.

Después de observar como funciona la representatividad y la toma de decisiones en Cuba, tal vez deberíamos preocuparnos más por analizar nuestro sistema político, el de EEUU y el de Europa, que es donde estamos inmersos. Un sistema donde una vez elegidos nuestros políticos no deben rendir cuentas ante nadie, donde se olvidan de los cambios o progresos prometidos a la ciudadanía o donde no prometen nada en concreto sino frases ambiguas como “avanzaremos, aplicaremos los ajustes necesarios para salir de la crisis…”. ¿Avanzar hacia donde? ¿Hacia un sistema neoliberal y capitalista que estrangula cada vez más al trabajador y a los más débiles? Un sistema donde parece que haya multipartidismo, cuando en realidad todos siguen los mismos designios del único poder absoluto que lo maneja todo en nuestro país: las grandes financieras internacionales. ¿Y esto es mayor y mejor democracia que la que hay en Cuba?

Es fácil comprender ahora porque EEUU y los grandes poderes fácticos de Europa desean acabar con el prestigio del gobierno cubano que tiene reconocido en toda Latinoamérica y para ello utiliza las armas de las que siempre se ha hecho valer: infundios en los medios de comunicación de masas, imágenes y videos manipulados, ONG’s subvencionadas para conseguir desprestigiar los gobiernos no afines. En definitiva, todas las estrategias de alta inteligencia que se requieran para manipular la opinión pública mundial. Un ejemplo de esta perversa actuación la podemos ver en la película que dirigió Oliver Stone sobre Venezuela y donde se puede testimoniar algunas cosas de las que aquí reseño, se titula Al Sur de la Frontera. El magnífico director estadounidense desmonta las falsedades que se vierten continuamente en los medios sobre los países progresistas de América Latina.

Podremos estar de acuerdo o no en los sistemas políticos de otros países. Todos cometen errores, ningún país ha logrado llegar todavía a la perfecta justicia social. Lo que sí es cierto es que desde Europa no podemos creernos los artífices de la democracia, de la seguridad ni de la prosperidad, sino más bien todo lo contrario. Desde Europa y EEUU en muy poco tiempo se está contemplando una injusticia social, una desigualdad y un retroceso económico y de derechos humanos como no se había conocido hasta ahora. ¿Quienes somos nosotros pues para juzgar otros países como Cuba donde todo el mundo tiene derecho a una educación superior gratuita y una salud pública intachable?

Años atrás un dirigente político catalán, Joan Boada, publicó el artículo Visca la Revolució cubana. Su mujer fue salvada de morir de apendicitis por un médico cubano, cooperante en África. Después de eso y de conocer la verdad que se encondía tras la falsa imagen que se da de Cuba, reconoció el verdadero papel y significado de esta gran Revolución.

La solidaridad de Cuba es otro de los ejemplos que deberíamos tomar, lo médicos cubanos repartidos por toda Latinoamérica, África, Haití … que llevan años cooperando en pésimas condiciones y con los recursos ínfimos, se han sabido ganar el respeto y el amor de las gentes. Porque esa es la máxima de Cuba: el socialismo es alcanzar que el hombre saque lo mejor de si, el amor y el hombre bueno.

Mónica Valléjo.

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