[VÍDEO] Banco de alimentos: Pan para hoy y hambre para mañana

Organizado por la Universitat Popular de Cerdanyola – UPcdv, el mes pasado se presentó el libro “Banco de Alimentos. ¿Combatir el hambre con las sobras?”, cuyos autores son Jordi Gascón y Xavier Montagut.

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Jordi Gascón, co-autor del libro, durante su intervención.

JUANJO FERNÁNDEZ

El desperdicio de alimentos y la pobreza alimentaria, dos temas de acuciante solución, son los dos fenómenos principales contra los que hay que luchar”; son palabras de Jordi Gascón durante el acto de presentación de su libro; que se sustenta en argumentos sólidos y es que según la FAO(Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el mundo desperdicia 1.300 millones de toneladas de alimentos cada año. Cada europeo desperdicia  179 kg de alimentos al año. 842 millones de personas sufren de hambre crónica El desperdicio produce 3.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera planetaria. Según la FAO, los alimentos que nunca llegan a comerse, serían suficientes para alimentar a 2.000 millones de personas. “Si la pérdida y el desperdicio mundial fuera un país, sería el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero. Por otro lado, la superficie de tierra utilizada para producir alimentos que nadie come, equivaldría al segundo país más grande en el mundo”, así ha descrito la dantesca situación, Ren Wang, director adjunto de la FAO.

La Universidad Popular de Cerdanyola, organizó el pasado martes 19 de Abril, la presentación del libro: Banco de Alimentos ¿Combatir el hambre con las sobras? El mensaje que persigue es claro y directo. Nada de adobos ni salsas complicadas. Seguir el dinero con el que la fundación Banco de Alimentos adquiere los productos que reparte y por consiguiente, las relaciones de poder que mantiene con la industria agroalimentaria: Su principal beneficiario.

Una treintena de personas, de edades comprendidas entre los 30 y 60 años, asistieron a la sala Enric Granados de la Biblioteca Central de Cerdanyola. El acto contó con la presencia del Antropólogo social y especialista en economía y política agraria, Jordi Gascón, coautor del libro junto con Xavier Montagut. Minutos previos a la conferencia, en la sala de actos, los asistentes tenían la opción de comprar el libro a precio de coste, además de otros libros sobre comercio justo, políticas agrarias y agricultura urbana expuestos en una mesa en la entrada a la sala. Puri Palomar y María Castaño, miembros de la Universidad Popular de Cerdanyola abrieron la conferencia e hicieron un pequeño recordatorio sobre la función de la Universidad Popular y las conferencias: “El objetivo es que sea un proyecto del pueblo y que participe activamente”. Las sillas colocadas en círculo, invitaban los asistentes a participar en el debate posterior.

Las causas del desperdicio alimentario, obviamente se encuentran en el modelo agroindustrial predominante: “Tan importante es lo que se produce como la forma que tiene lo que se produce” dijo el autor durante la conferencia. Esto quiere decir que si el alimento no cumple con una serie de normas estéticas y de calidad, el producto se desperdicia aunque sea perfectamente consumible. Otro factor que favorece el desperdicio alimentario es la exportación e importación de alimentos y animales con fines industriales. Debido a los miles de kilometros que llega a recorrer un producto, los alimentos pasan a ser directamente inservibles, ya sea por la ruptura de la cadena de frío o por soportar altas temperaturas. El autor del libro puso el ejemplo de los cerdos, que después de soportar miles de kilómetros en jaulas en condiciones deplorables muchos acaban muriendo.

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La solución que propone el Banco de Alimentos es (según los autores) muy polémica. El Banco de Alimentos se ha convertido en el referente en el Estado español en la lucha contra la pobreza alimentaria entre los sectores sociales más empobrecidos. Curiosamente y no por casualidad está gestinado por altos cargos del sector agroindustrial. Según Montagut,” El Banco de Alimentos adopta una serie de estrategias para crear necesidades: “Accede a fondos europeos de excedentes de producción, compra a los productores los excedentes con el dinero de la Unión Europea y los distribuye”. “La Gran Recogida de Navidad” es otro ejemplo de cómo funciona esta fundación. Los principales beneficiarios de este acto caritativo son los supermercados y las grandes empresas agropecuarias”. Por eso, dijo el ponente, “el discurso sobre el desperdicio alimentario del Banco de Alimentos, es erróneo, no es un problema logístico, organizativo y cultural, es una cuestión de relaciones de poder entre los diferentes actores del modelo agroindustrial”.

El Banco de Alimentos, ha adoptado un discurso hegemónico marginado y marginador de la pobreza alimentaria que impide el empoderamiento del usuario, por consiguiente la persona queda estigmatizada, marginada y sin capacidad de reclamar sus derechos. La caridad que ofrece esta entidad, difícilmente acabará con la pobreza alimentaria y el desperdicio de alimentos.

Durante el debate coloquio César Martinez, representante de Cruz Roja, responsabilizó a las admistraciones públicas del problema. Las soluciones más defendidas, no obstante, fueron recuperar el modelo campesino, la soberanía alimentaria, las cooperativas y los mercados locales, ya que favorecerían la sostenibilidad del producto y la diversidad alimentaria, eliminando los excedentes de producción impuestos por las leyes neoliberales de los dueños del sector agroindustrial. Juan, jubilado y activista incansable, cerró el coloquio promoviendo el modelo francés, que ha logrado aprobar una ley que prohíbe a los supermercados desperdiciar alimentos. “Son necesarias políticas de Estado con una perspectiva más de derechos”, concluyó.

 

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