El futuro de esta crisis i la explosión de la burbuja china

Sospecho que hoy dia ya damos poco crédito a las publicaciones que prevén futuras y desmentidas salidas de la crisis en tal o cual trimestre. Por si acaso no nos hemos inmunizado contra estas falsedades, es bueno observar los acontecimientos que están por aparecer en el horizonte y la más que probable manipulación informativa de que serán objeto.

El año que terminamos se ha caracterizado por más recesión en los países centrales del capitalismo, confirmando que la ‘salida’ de la crisis que hace un par de años nos vendían como inminente, no existe. A estos países se han añadido otros como Brasil o Australia, que estaban aun registrando tasas de crecimiento que el sistema considera ‘normales’. La excepción ha seguido siendo China, pero todos los indicios apuntan a un rápido y radical cambio de tendencia. En 2013 veremos como no queda ya ningún espacio económico significativo en el que se registre algo del tan apreciado y alabado “crecimiento económico”.

Es habitual escuchar que China se ha constituido en la “fábrica del mundo” y se nombra a su clase media emergente y el supuesto despegue de su consumo interno como motor de unas tasas absolutamente insostenibles de crecimiento del PIB. Es habitual, pero no es cierto. La realidad es que, sea o no sea la “fabrica del mundo”, su consumo interno no despega porque la población china, al carecer de servicios sociales, tiende a ahorrar cualquier renta de la que pueda disponer y, por tanto, el consumo se reduce al mínimo indispensable. Los chinos ahorran hasta un 50% de su renta.

En China, desde hace más de 20 años, pesa más la inversión que el consumo y la exportación, y esta situación se ha agravado desde 2008 porque estas inversiones han generado una gigantesca burbuja inmobiliaria dando lugar a ciudades desiertas e infraestructuras insostenibles. Vamos, que China viene a ser como España pero multiplicada por mucho y, por si fuera poco, con niveles de corrupción peores. Como en otros países, en China el reparto de la riqueza se hace progresivamente más injusto porque, al revés de lo que explica la teoría liberal, sucede que el proceso de inustrialización cada vez se come más recursos y el consumo cada vez menos.

Tampoco es cierto que las supuestas exportaciones chinas justifiquen el crecimiento económico milagroso que se nos dice. Si bien es verdad que sus exportaciones llegaron en algún momento al 10% del PIB, hoy no representan más del 2%, y su tendencia es decreciente. Así que cuando en los medios de comunicación liberales volvamos a escuchar que las exportaciones tienen que sacar a España de la crisis, será mejor que lo recordemos: A lo mejor ser “la fábrica del mundo” en un capitalismo global financiarizado no es tan buen negocio como parecía.

A pesar de la reducción de las exportaciones en los últimos 5 años, China no ha disminudo su consumo de recursos naturales, ni tampoco sus emisiones de CO2, sino todo lo contrario. Esto demuestra que el problema ambiental no está causado sólo por producir exacebradamente bienes de consumo, sinó también mediante inversiones en viviendas inaccesibles e infraestructuras innecesarias e insotenibles economicamente. Y con ello se pone de nuevo de manifiesto que una sociedad que desperdicia recursos naturales no garantiza la prosperidad y el bienestar de su población. Por el contrario, vemos que el crecimiento de la economía china se basa en los trucos ya conocidos: construir en 10 años más viviendas que todas las que existen en toda la Unión Europea. Construir puertos, carreteras, palacios de congresos, aeropuertos, etc., que no se usan y que no se pueden mantener económicamente. Hay algunas conclusiones necesarias:

China ha venido consumiendo el 60% del mineral de hierro del mundo, desde el año 2000 todo el incremento en la demanda mundial se debe solo a China. Además de eso, China no exporta productos con alto contenido de acero, como por ejemplo coches, sino que los importa, por lo cual ser “la fábrica del mundo” no explica ese consumo. Paralelamente produce el 60% del cemento del mundo del que no exporta prácticamente nada. El 41% del aluminio del mundo se produce en China. Y a esto habría que sumar que tiene una gran capacidad excendentaria de producción de acero y aluminio que no usa ni exporta porque, literlamente, ni tiene las materias primas para hacerlo (mineral de hierro, bauxita ,carbón) ni existe en el mundo suficiente demanda para comprar más acero y aluminio.

Existe el mito de que China financia esta alta productividad con el dinero que obtiene de sus exportaciones y con la inversión extranjera. Però esto ya no es cierto porque desde 2011 la inversión extranjera ha decaído (en los últimos meses las tasas ya son negativas) y las exportaciones se reducen de modo que, por primera vez en muchos años, las reservas de divisas en China empiezan a bajar y su balanza comercial con la UE ya es negativa. Insistamos en la idea: que el mundo esté lleno de cacharros con el letrero de “made in China” no explica el modelo de crecimiento chino. El modelo chino se sostiene -como todos los demás- en el endeudamiento de la población. En China, los tipos de interés, descontada la inflación, son negativos. En China, la banca es pública y desde el poder se promueve el endeudamiento de la población. Este endeudamiento, como el nuestro, es una decisión política de sus dirigentes y el pueblo chino, al final, no podrá pagar lo que debe. El paso siguiente nosotros ya lo conocemos: el saqueo de las clases populares a favor de sus dirigentes. No existe nada que se pueda llamar “milagro chino” porque los milagros no existen en el mundo real.

Existe ya la total convicción de que el año 2013 será el del parón de la economía china por el estallido más o menos estridente de sus diversas burbujas especulativas. Dicho estallido va a provocar un terremoto en toda la economía mundial. Aunque casi todas las consecuencias serán negativas es probable que veamos un abaratamiento (que ya ha comenzado en el caso del carbón o el mineral de hierro con descensos de hasta el 40%) de varias materias primas que China consume masivamente. Muy probablemente en la mayoría de los medios veremos entonces como se publican sesudos artículos y análisis explicando que el problema de los recursos no es tal o que el fenómeno que se va a dar con China explica como los mercados regulan este problema. En un posterior artículo trataremos de mostrar la falacia de estos razonamientos que seguro que nos tocará escuchar.

Jorge Haro.

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