Para la huelga general del 29S sobran los motivos

Porque un gobierno casi nada socialista pero menos obrero todavía está necesitando que se le grite “Basta ya” a este alevoso ataque a los derechos laborales y sociales de las clases populares.

Porque con su nueva Reforma Laboral aumentará el trabajo precario, mal pagado y sin derechos, facilitará el despido abaratándolo y hasta subvencionando su coste con dinero público y con las agencias privadas de colocación convertirá en lucrativo negocio la angustia del paro y desempleo. Es totalmente inmoral que una crisis que han provocado los bancos, las grandes fortunas y los especuladores la paguemos ahora los de siempre, pero mucho más lo es que pretendan que nos creamos que para crear empleo hay que abaratar el despido y reducir derechos a los trabajadores.

Porque, por si esto fuera poco y no conformándose con retrasar la edad de jubilación, anuncia para antes de fin de año una nueva vuelta de tuerca, no les importará romper el consenso ni saltarse a la torera el Pacto de Toledo.

Además quieren hacernos creer que somos los responsables de las reformas, del mercado del trabajo porque teníamos demasiados derechos y estos son caros, y de las pensiones porque duramos demasiado y no palmamos a los 65 años.

La huelga es un derecho de los trabajadores y su ejercicio ha sido siempre muy eficaz, todas las conquistas sociales sólo pudieron conseguirse después de movilizaciones y duras luchas.

Siempre los poderosos dijeron lo mismo que dicen ahora: que es innecesaria, inoportuna e inútil, pero no debemos dejemos engañar y si en legítima defensa apoyarla con fuerza. Hay que apoyarla si no queremos llegar a una situación totalmente insostenible de perdida de derechos, además porque la convocan los sindicatos y porque apoyarlos ahora es más necesario que nunca, justo cuando la derecha, la patronal y los poderes financieros quieren aprovechar la ocasión para quitárselos de en medio.

Los sindicatos de clase han sido la herramienta mas eficaz en las conquistas sociales alcanzadas y serán imprescindibles en su defensa, cierto es que en los últimos años han estado acomodados pero más cierto es que todos lo hemos estado pensando que vivíamos en la Arcadia feliz pero el sueño terminó, despertemos con fuerza.

Por todo ello a mí me sobran los motivos para apoyar la huelga.

Ignacio Barquín

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